Es un espacio abierto que mira al barranco y tiene en la espalda antiguas casas rehabilitadas. Un mirador desde el que se divisa el pirineo central y las comarcas de Sobrarbe, la Ribagorza y el Somontano. En primavera y verano las golondrinas cruzan raudas el espacio en busca de pequeños insectos. A menudo en invierno los buitres lo sobrevuelan. En ese estupendo lugar damos espectáculos al aire libre. Son fiestas teatrales en plena naturaleza que propician una relación especial a tres bandas entre artistas, público y entorno.
Son espectáculos con gran componente musical de forma que las más de las veces, el público se mueve, baila y corretea por la era convirtiendo el espectáculo en gozosa celebración.
La era es el lugar de encuentro por excelencia allí donde los artistas titiriteros y el público rompen las barreras que los diferencian para compartir el mismo rol de "juerguistas". La vieja atalaya medieval de Abizanda vigila la fiesta y hasta parece querer acercarse para participar en ella.
Era una era, ahora es un espacio para la mirada reposada y para la fiesta compartida.